Durante todo este libro se vive una fuerte
tensión y angustia, transmitida por el autor haciéndonos vivir cada momento de
la aventura del marinero casi como si estuviéramos ahí.
Nos enseña en este relato, una moraleja
difícil de olvidar, un anhelo de vivir a cualquier antes escuchado. La
fortaleza que sale de un ser humano, sin siquiera saber que la tenía.
La soledad que vivió Luis Alejandro durante
estos días es lo que me hace más difícil poder comprender como logro la sobre
vivencia, que a pesar que permaneció diez días sin comer ni beber en una
balsa a la deriva siempre tuvo las fuerzas para poder sobrevivir.
La historia conlleva una serie de enseñanzas o moralejas
tales como, no darse por vencido en los momentos difíciles de nuestras vidas,
así como luchar por lo que se quiere y desea, mantener siempre la mirada en
alto y ver constantemente hacia el horizonte pues en ese lugar puede encontrarse
la respuesta o la ayuda que tan desesperadamente queremos.
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